Debido al distanciamiento social, los trabajadores de la tierra han tenido que tomar medidas drásticas para subsistir.

La pandemia del COVID-19 ha llevado a la humanidad a realizar ajustes significativos en su diario vivir y los agricultores no han sido la excepción. Ante esta nueva realidad, los trabajadores de la tierra han tenido que reinventarse e ir en busca de nuevos métodos para distribuir sus productos y evitar mayores pérdidas económicas.
Un ejemplo de ello lo es Giovanni Díaz Pérez, portavoz de Finca El Ara’o, a quien la crisis por el COVID-19 lo ha llevado a transformar el concepto y ofrecerles a los clientes cultivos locales directamente a la puerta de su hogar. Incluso, ha logrado organizar varias rutas de entrega en los municipios de Las Piedras, Naguabo, Juncos y Humacao con el fin de proveer a los puertorriqueños alimentos cosechados en los fértiles campos de la Isla.
“Agraciadamente los cultivos han tenido salida y no se han perdido en su totalidad. Nuestro equipo se ha mantenido tomando las debidas medidas de precaución para protegernos a nosotros y a los clientes”, dijo Díaz Pérez.
Cabe destacar que durante la pandemia el agricultor de 28 años estableció tres localidades en los pueblos de Naguabo, Fajardo y Humacao, donde ofrece productos frescos al detal, que en su mayoría son plátanos verdes, calabaza, cebolla, ñame, malanga, yautía, ajíes dulces, pimientos, cilantro, frutas tropicales, entre otros.
“Nosotros aspiramos a crear nuevas rutas de entrega y así impactar más hogares sin comprometer nuestra salud. En tiempos como estos es donde vemos la importancia de la agricultura en un país donde el 80 por ciento de los alimentos que se consumen vienen de afuera”, reveló el humacaeño.
La otra cara de la emergencia: no todo es miel sobre hojuelas
Según Carmen Veguilla Montañez, la propietaria de Finca Flores Veguilla, que se especializa en el cultivo de farináceos y productos menores desde hace 20 años, la emergencia por el COVID-19 ha llevado a su negocio al borde del colapso.
“Al principio con el caos y la desinformación fue un tiempo de locura. Los supermercados nos cancelaron y no aceptaron la carga de algunos productos como el guineo y el plátano. Lamentablemente casi todo el cargamento de lechuga y cilantro no tuvo salida. Además, se nos vino abajo todo el esfuerzo que habíamos hecho”, declaró Veguilla Montañez.
Del mismo modo, el propietario de Hacienda Encanto Natural en San Lorenzo, Frankie González Morales, agregó que durante la crisis ha sufrido grandes pérdidas económicas y se ha visto en la obligación de disminuir personal.
“Hemos tenido una disminución del más de 50 por ciento en ventas y se nos están perdiendo los productos mayores. Las ventas se han perjudicado porque los clientes se limitan a comprar debido a la situación económica y la alta tasa de desempleo que estamos enfrentado”, sostuvo.
El agricultor de 31 años señaló que a pesar de la pandemia vislumbra un futuro esperanzador y confía en que la situación mejorará pronto. “El trabajo del agricultor es digno y necesario para nuestro país. Creo que el Gobierno debe desarrollar y fomentar el trabajo de quienes dan la milla extra por la cadena alimentaria puertorriqueña ya que, sin duda alguna, hacen falta manos para trabajar la tierra”, puntualizó González Morales.